El pensamiento simbólico permitió a nuestros antepasados conformar grupos con fuertes lazos ideológicos, económicos y políticos: las primeras sociedades. El paso del tiempo las hizo evolucionar y confluir hasta llegar a la aldea global de la que hoy formamos parte.
Los vestigios de muchas de aquellas culturas, resultan enigmáticos hoy en día. Nos hacen conectar con un pasado donde realidad e imaginación se superpusieron dando vida a ideas y arquetipos. Estos se han desarrollado de forma natural en nuestra mente durante milenios y, de pronto, hemos olvidado su significado.
Este hecho genera una situación incómoda. Nos pone ante un espejo que nos recuerda que ya no somos quien éramos. Nos hace ver que estamos escribiendo los primeros renglones del siguiente capítulo de nuestra historia.