Esta majestuosa estética nos remite a una época de opulencia en la que imaginar objetos preciosos, lugares exóticos y experiencias únicas. El oro y el acero, la madera y el cuero, tienen un lugar de honor entre los materiales trabajados por la excepcional mano del artesano.
La atmósfera que envuelve a estas imágenes parece extraída de un bodegón barroco. La belleza de su iluminación se traduce en una paleta de colores intensos y profundos que nos transporta a un universo pasado en el que dichos pigmentos estaban al alcance de pocos bolsillos.