Brillante, intenso y enigmático. A través del plano detalle accedemos a un universo de éxtasis. Un tiempo y espacio que omiten la expresión humana. El plástico como medio para encapsular lo que en algún momento fue emoción y ahora es mera pose. La hiperrealidad abre la puerta del valle inquietante y como cantos de sirena nos atrae hacia ella de forma hipnótica.