La percepción del universo interpretado a través del píxel no es neutral, sino que genera una simbiosis entre realidad y representación. Al mapear el tiempo y el espacio a través del píxel, lo que no encaja en la retícula es suprimido: sintetizado y comprimido.
La subdivisión sólo es posible mediante la creación de información repetitiva. Algoritmos que sustituyen la información que se perdió en el procesado con nuevos datos modelados en torno a estándares.
Es un camino de ida, pero no de vuelta.
Durante siglos, pensamos que el átomo era materia en su mínima expresión. Con el tiempo la ciencia descubrió el nivel subatómico. ¿Seremos capaces de crear una subdivisión genuina para el píxel? ¿O seguiremos dejando que el algoritmo componga nuestra percepción de la realidad?